Las abuelas de Jesús

Las abuelas de Jesús

Tamar, Ruth, Rahab y Betsabé.

Quisieron borrar sus rastros pero no pudieron

 

Con el nacimiento de Jesús

Las silenciadas, las marginadas, las extranjeras, las “sospechosas”

Son nombradas.

 

Con el nacimiento de Jesús, se nos recuerda

La paradoja de la vida

Que lo débil es fuerte

Que lo de valor es la sencillez

Que lo de valor está en cómo  Dios nos mira

 

Tamar, Ruth, Rahab, Betsabé.

No serán olvidadas porque el nacimiento de Jesús

Reivindica a todas, a todos.

 

A las extranjeras, a las que son tratadas como de menos valor

A las odiadas, a quienes, en la mesa de noche buena. 

La noche es mala.

 

Sin  casa, sin posada, sin comida, sin tierra.

El nacimiento de Jesús, nos recuerda que las abuelas son importantes

Sin ellas no hay vida

Sin ellas no habría esperanza

Sin las abuelas de Jesús no podríamos asombrarnos,

Con la espera de lo inesperado.

 

Las abuelas de Jesús, nos recuerdan el motivo de Jesús.

Es por ellas que Jesús nace

Trayendo la esperanza para las “desheredadas”

               Feliz Navidad

«Rostro de Indio»

«Rostro de Indio»

En el oro veían al Indio

Rostro de Indio era el oro

Oro valían los Indios

El oro del dolor

 

Rostro de Indio era el oro

Oro de la muerte

Chocaron miradas

Ambos veían el oro

 

El conquistador veía el oro  en el rostro del Indio

El Indio,  el oro en los ojos del conquistador

 

Rostro de Indio era el oro

Oro de la ambición

Para el conquistador el oro era poder

Para el Indio, regalo de la Madre Tierra

Rostro de indio era el oro

Oro de la liberación

El Indio gritaba dentro de sí

Soy Olodule

Soy Olodule

Soy hijo del oro

Soy hijo de Dios

Rostro  desfigurado del Indio por el oro

Rostro sin rostro del  Indio por el oro

Rostro moribundo del Indio por el oro

Rostro de oro el Indio

 Oro de Dios

El conquistador vio el rostro de Indio como oro

Pero no vio que el rostro de oro del Indio 

Era el rostro de Dios.

Por: Jocabed R. Solano Miselis

 

Danzando con las mujeres el canto de la libertad

Danzando con las mujeres el canto de la libertad

Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas. Y María les respondía: Cantad a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido; ha echado en el mar al caballo y al jinete.

–Éxodo 15:20-21

“La abuela cantaba en la hamaca a su hijita, cantaremos para no morir»

Cada 25 de febrero el pueblo gunadule conmemora la revolución gunadule de 1925. Cuando el gobierno colonial panameño, en miras del llamado “desarrollo,” decidió seguir una política opresora en contra de aquellos que según ellos no permitían tal “desarrollo” decidió que como indígenas los gunadule que eran salvajes y tenían que “civilizarlos.” Los policías obligaban a las mujeres a despojarse de las prendas que utilizaban en los brazos y piernas, los winis, las forjaban a quitarse el olasu (argolla de oro) de la nariz, se las obligó violentamente vestirse con el traje que traían los policías. Nuestras hermanas gemían por el maltrato de los policías. Se nos prohibía hablar nuestra lengua, practicar las ceremonias, incendiaron nuestras casas, profanaron las tumbas y tomaron las pecheras de oro de los cuerpos de las hermanas y mataron con sus armas a nuestros hermanos. Todas las comunidades sufrían este hecho violento hacia nuestro pueblo. Entonces nuestro pueblo decidió levantarse para luchar contra el sistema y los policías, recordaron los cantos ancestrales y la lucha de nuestras ancestras y ancestros quienes en época de la conquista también lucharon y resistieron a la conquista. Recordaban a Ibeler y sus hermanos (líderes gunadule contados en los cantos orales). Oraban a Nana y Baba (Mamá y Papá) nombre que nuestro pueblo le da Dios. Y su oración era constante, clamando a Dios. Se reunieron y crearon las estrategias. Las abuelas se prepararon también para vendar las heridas, y ayudar en los preparativos. En el mes de febrero en Panamá se celebra generalmente los carnavales, así que los policías al celebrar esta fiesta imponían sus músicas, bailes y tomaban mucho licor. La comunidad en su estrategia dejó que los policías lo celebraran. Y cuando estaban festejando, los atacaron. Estas memorias están atravesadas por la participación de las personas que vivían en las comunidades. Quiero compartir un relato escrito en honor a una niña que contribuyó con la bandera, símbolo de resistencia de la lucha de la revolución de 1925.

 

Revolución Dule: Tiene rostro de niña, tiene rostro de mujer

Nunca olvidaremos este sonido. El sonido del morbeb (caracol) de un 25 de febrero de 1925. Rostros pintados con nisar (achiote), en señal de lucha. Los urigan (guerreros gunadule), estaban listos para defender nuestra identidad. ¿Cómo olvidar aquel día de febrero de 1925, cuando nuestras abuelas y abuelos resistieron a las amenazas del gobierno colonial de arrebatarnos lo que por siglos habíamos cuidado: nuestra dignidad?

En un lugar oscuro en una comunidad gunadule, se escucha la voz de un policía: “No hablen en su lengua, no se vistan con mola (arte y blusa que usa la mujer gunadule), no practiquen sus ceremonias. ¡Es hora de que el salvaje sea civilizado!” Pero justo a esa misma hora se escuchan otras voces que decían: “Es tiempo de recordar nuestros relatos, los de aquellos guerreros que desde la época de la conquista han luchado por conservar nuestra identidad.” 

Y mientras los hombres se preparaban para la batalla en una choza gunadule, una niña de once años confeccionaba la bandera de la revolución dule. ¿Quién se imaginaría que el arte de esta niña, sería el símbolo emblemático de la lucha de la nación gunadule? Mientras las mujeres y los hombres gritaban: “¡Que viva la revolución dule de 1925! ¡Waga Ebingili!”, María Colman gritaba en su mente y corazón a través de su arte “¡Que viva ese día, el día que jamás olvidaremos!” Aquella niña se unió al canto de nuestras abuelas y abuelos, para recordarnos que nuestra Revolución Dule también tiene rostro de niña, tiene rostro de mujer.

Me imagino a María la  profetisa y a todas las mujeres con este mismo sentimiento de aquella niña, de las mujeres gunadules quienes al ver como Dios los liberó de la explotación, violencia, la conquista, colonialidades del imperio. Sus cuerpos manifiestan la danza de la liberación, el canto de la libertad. Ella cantó, la pandereta sonó y retumbó como voz de Dios en el corazón de la comunidad que vio las memorias y proezas de su libertador. Cuerpos liberados danzaron, las mujeres danzaron, los sentidos expresando el movimiento de la Ruah en ellas. Es ese soplo de La Espíritu que se mueve que nos emancipa de aquello que quiere esclavizarnos. Y cuando el cuerpo se mueve y toca el piso, junto con la Tierra estremece la alabanza al Dios de la libertad. No se dice mucho de ellas, pero aún el silenciamiento en los relatos de la participación de la mujer, no pudieron ahogar este símbolo de la libertad.

Un espacio muy importante que ocuparon las mujeres en ese periodo previo a la configuración de la teocracia judía fue el espacio religioso. Las fuentes epigráficas y arqueológicas sustentan las funciones de las mujeres en estas áreas. María canta, su himno precedido al de Moisés, quizás todo el himno fue cantado por mujeres. 

Del silencio de los relatos bíblicos muchas veces se hacen en relación con la participación de la mujer en aspectos de liderazgo. Pero todo canto que sale del corazón que ora a Dios no será silenciado jamás, aún los anónimas porque el creador, la creadora, lo devolverá como resistencia y fuerza para las nuevas generaciones de mujeres quienes recordamos las memorias de nuestras ancestras. Unidas al círculo del tejido de la sororidad.

Los ritos, las ceremonias, las danzas en las culturas indígenas son símbolos que muestra el corazón del pluriverso de un pueblo, mantienen la identidad de los pueblos sin ellos, no hay preservación de la vida de una nación, no hay preservación de la vida. Cantamos con María, cantemos con las hermanas gunadule, con las mujeres indígenas:

 

Somos hijas de la nación gunadule
Somos hijas de Abya Yala,
Tierra salvada
Amada por Nana y Baba
Tierra madura, Tierra de sangre
En nuestras venas llevamos la resistencia, la danza, el canto de nuestras abuelas

Nana y Baba nos dieron vida
Cantamos desde que nacemos
Las abuelas nos cantan y su canto se une con la de la Gran Madre

Al nacer cantaron es niña y la comunidad celebró el nacimiento de una mujer envuelta con el misterio y gracia de la sabiduría de Mamá y Papá.
Envueltas en capa de sabiduría, momoll, metamorfosis de la vida

Nuestro lamento por la espada de los conquistadores se convirtió en canto
Cuando el sol se volvió sangre
Y los gritos de nuestras abuelas y abuelos se escucharon
El cielo trono
LLuvia cayó
Y la Tierra se estremeció
El río creció
Y se llevó el cuerpo de los malvados

Nuestro llanto se transformó en canto
Danza, nuestros cuerpos liberados, unidos con la danza de la Tierra
Hicimos nuestros ritos, las mujeres celebraron las ceremonias
Nos vestimos con nuestros mejores atuendos
La mola, el wini, el olasu desfilaron triunfantes

Nos unimos al canto de las mujeres
Somos hijas de la Gran Madre
Corre en mi ser la sabiduría que pasaron de generación en generación a través del cordón umbilical la virtud de las mujeres.
Somos sobrevivientes de las memorias de terror,
Somos las hijas de Dios
Los jinetes y los caballos han arrojado al mar.
Las espadas del conquistador fueron quebradas por la lluvia frondosa en el Abya Yala

El canto de las mujeres, de las mujeres indígenas, de la mujer gunadule, el canto de Miriam no será silenciada, jamás, la divinidad que tiene rostro de mujer nos ha liberado.

Los invisibles

Los invisibles

Parecen fantasmas, pasan a nuestros lados, puedes sentir sus pisadas, hueles su  aliento, ves sus huellas, la selva escucha sus gritos. Pero son invisibles. No los vemos o no los queremos ver.

Seiko, un joven del Congo, se preguntaba ¿Dónde están nuestros hermanos?  ¿Dónde están nuestras hermanas? Nadie nos escucha, nadie nos ve. Somos los  invisibles.

Por más de 500 años Panamá ha sido zona de tránsito. Tránsito de oro, de humanos, de poder, de ambición, de esperanzas. Conquistadores, piratas, corsarios, pueblos indígenas quienes han estado convergiendo con sueños, anhelos, pasiones algunos con propósitos loables y otros con deseos enfermizos de ambición y poder para destruir.

Si tan solo pudiéramos tener la capacidad de escuchar la voz de la selva de Darién; escucharíamos historias de tragedia, de amor, de supervivencia… La jungla te contaría memorias peligrosas que la selva quisiera que nunca se hubieran vivido en este misterioso y enigmático lugar. Pero aunque nos parezca lejana esta historia, esta realidad se vive hoy en el Darién, parece un deja vu. Hoy con otros rostros, con otras voces, pero sigue siendo la historia de los invisibles.

Miles de humanos caminan, suben valles, nadan los ríos y mares. Y mientras  lees esta historia ellos siguen  transitando en el Darién; sus cuerpos casi moribundos, sus lágrimas se pierden con la fuerte lluvia, su voz se ahoga con el rugir del puma, sus rostros son cubiertos por lo frondoso de la selva, el rugir de su estómago se desvanece con las voces de los animales salvajes; con un solo deseo, el deseo de  una vida plena para ellos, para sus hijos e hijas.

El tapón de Darién, espesa y peligrosa zona selvática de 266 kilómetros compartida por Panamá y Colombia, ruta de migrantes, narcotraficantes, madereros ilegales y de poblaciones indígenas. Allí, se entrecruzan los rastros de los pies de migrantes que  vienen de distintas regiones de América,  África y Asia; luchando con un solo  objetivo llegar Estados Unidos. Pero en esta travesía angustiaste se encuentran burlados y engañados por personas que le cobran diciéndoles que les pueden guiar por el tapón de Darién y los dejan tirados a su suerte por Cabo Tiburón. Rostros de niños, jóvenes, ancianos, mujeres, de hombres, huyendo de la guerra, del hambre, niños que quieren reunirse con sus padres porque emigraron de Sur América a Estados Unidos. Mientras caminan en la inhóspita selva, piensan ya falta poco para libertad y eso le da fuerzas para continuar.

 

Pero cuanda pasan por el río Turquesa hacen silencio, en reverencia a los  cientos de personas que han muerto.

Pregúntale al río, él ha sido protagonista y testigo mudo de este fatídico último momento: la muerte.[1] Darién, Darién por ti han pasado miles de migrantes, pero para muchos parecen 0. Llamemos a juicio al año 2015, 2016, 2017,2018, 2019. ¿ Cuántos han sido? ¿ Cuántos? Y aunque se escucha un rumor que son 81 mil, la realidad es que son muchos más los invisibles que pasan por el Darién.

En estos días, mientras lloraba amargamente por esta tragedia, escuche la voz de una niña, estaba con su papá y  sus dos hermanitas; la doctora llegó, intentó salvarle la vida al papá. Una hora dándole RCP, el papá no sobrevivió. Y en medio del silencio,  todos mirando a los niños, uno de 13, otro de 10 y el menor de 3. Las niñas de 13 y 10 gritaban en Francés Jesús, Jesús.[2]Y mientras ,por primera vez, ví a los invisibles. Me quedé pasmada, el grito de estas niñas era desgarradora. Y yo me pregunté ¿ Dónde está Jesús? ¿ Dónde está? Cuando una vez más en el grito de las niñas me pude ver reflejada. Jesús  está, pero su iglesia ¿donde está?. Los invisibles son visibles para Jesús, ¿pero para ti? ¿Para mí? quizás siguen siendo invisibles.

 

 

[1] https://impresa.prensa.com/panorama/Ruta-Darien-cobrado-vida-migrantes_0_5328967097.html

[2] Basada en hechos reales, pero por razones de seguridad del médico no se pueden revelar nombres, ni el país.

 

La Mola

La Mola

La mola

Cuerpo de Nabgwana pintada con achiote
Tejido de colores como el arcoíris en el cielo
La Tierra de color rojizo como es el color de nuestra piel
Cerros de colores, verde, chocolate, amarillo, negro
Las hermanas árboles danzan de alegría
La fiesta de la vida

Ologwadule se pasea con su mejor vestido
Ataviada con colores que jamás habíamos visto
Ologwadule está vestida con la mola ancestral

Nuestra ancestra la pudo ver en Galu Dugbis
Si nuestra abuela Olonagergiryai
Recorrió el camino negada para los hombres
Travesía sólo para las mujeres

A ellas a nuestras abuelas se les dio el don de profundizar y entender Galu Dugbis
Árboles pintados con diversos diseños
Hermoso el rostro de la Madre Tierra
En la rama, en los tallos, en el tronco en las raíces la esencia de su ser

Cuerpos de mujeres pintadas de colores
En su piel podemos ver las líneas geométricas
Formas de la madre tierra plasmada en nuestros rostros
Textos vivientes que podemos leer

Nana Olonagergiryai profundizó en el arte
Con todos sus sentidos sintió la casa
Ella exclamó “an neg itosi”
Su corazón se encontró con el tesoro para el pueblo guna
Una lengua única que no pronuncia palabra alguna
Sus manos tejedoras entretejen hilos y telas de distintos colores
Las abuelas son capaces de hablar una lengua desconocida
Sus relatos expresan una gran obra de arte
Las manos entrelazadas por medio de colores plasman el dolor y la alegría de la Madre Tierra.
Nana Olonagergiryai les enseño a nuestras abuelas el arte y la forma de comunicación de la mujer gunadule

Capas envueltas, metamorfosis que generan vida
Sabiduría encubierta que nos ilumina la casa
Piel que nos protege del mal
Siluetas de animales que recrean la comunidad
Relato ancestral el canto de la Tierra
Tejedora de la memoria de nuestro pueblo
Tus manos siguen mostrando lo hermoso del pueblo gunadule
La mola arte que comunica la vida del pueblo
La fuerza de la mujer guna
Su profundidad y amor hacia Ologwadule
Cuerpo de Nabgwana pintada con achiote

La Tierra de color rojizo como es el color de nuestra piel
Ologwadule se pasea con su mejor vestido
Ataviada con colores que jamás habíamos visto
Ologwadule está vestida con la mola ancestral

La tumba vacía

La tumba vacía

Por: Jocabed R. Solano Miselis

 

La tumba vacía

Memoria del resucitado Jesús

También memoria de las resucitadas

¿Dónde está el cuerpo?

El corazón de las mujeres palpita con esta palabra en la mente

¿Dónde está el cuerpo del maestro?

Lloran desconsoladas

Silencio, llanto, temblor

 

La desesperanza es atravesada por el movimiento de la Pascua

La Tierra se mueve, señal de la resurrección

La creación entera vive el acontecimiento de vida

La Pascua lo mueve todo nos orienta hacia la salvación

No queda nada fuera

Toda la creación experimenta la salvación

 

La voz de Jesús manifestación de su resurrección

Llama a Magdalena por su nombre

Ella pasa del llanto a la alegría

Del silencio a compartir la buena noticia

Jesús nos llama por nuestros nombres

Nos invita a vivir la vida de manera diferente

Nos convida a experimentar su resurrección

Es la invitación para todas y todos

Para los indiferentes

Para los alienados

Para quienes nos sentimos solas,solos, perdidas, perdidos

Para quienes reconocemos que tenemos sed y hambre de resurrección

 

La resurrección presente en nuestras lágrimas

Presente en nuestras dudas e incertidumbres

Presente en nuestra vulnerabilidad

La resurrección presente en la muerte

Camina entre los abandonados, los enfermos

Los que vivimos sin rumbo, los sin tierra, migrantes

La fuerza de la resurrección en lo sencillo de la vida

En el encuentro con el otro

Alrededor de la mesa, con la risa de la niñez, en toda su creación

En el aroma del pan y el café

En el cacao, en la copa de vino

En el maíz y la tortilla

En el campo, en la ciudad

En la danza, en el fogón

En el trabajo de la hermana indígena, del campesino

En la siembra y la cosecha

En el amanecer y anochecer

En el nacimiento y la muerte

En el ciclo de la vida en el ciclo de la Tierra

 

La resurrección nos interpela nos pregunta

¿Qué es la Pascua para nosotros?¿Cómo nos atraviesa?

Desde la resurrección de Cristo sabemos que la vida venció a la muerte

Y que el amor es más fuerte que el miedo.

La vida venció

 

Invitándonos a vivir amando a toda su creación.

Amando al prójimo

Profundizando en el misterio del más allá.

Disfrutando de la bondad de su creación

De lo bueno de la vida

Contemplando la belleza de su creación

Acogiendo la experiencia de la buena noticia

Abriendo la mesa para compartir los frijoles, la chicha, el plátano, la arepa, el mate, el dule masi

Es la comunión unos con otros

La solidaridad con todos

La sororidad con todas

En el tejido de la comunidad

 

El movimiento de la Tierra señal de su resurrección

La Pascua Memoria de los resucitados

Memoria del resucitado Jesús.

Inglés

The empty tomb

Memory of the resurrected Jesus

And memory of all the resurrected

Where is the body?

The women’s hearts beat with this word in their minds

Where is the master’s body?

They cry heartbroken

Silence, crying, tremor

Hopelessness is pierced by the Easter movement

Earth moves, sign of the resurrection

The whole creation lives the breaking out of life

Easter moves everything and turns us towards salvation

There’s nothing left out

All creation experiences salvation

 

 

The voice of Jesus manifestation of his resurrection

Calls to Magdalena by name

She goes from crying to joy

From silence to sharing the good news

 

Jesus calls us by our names

Invites us to live life differently

He compels us to experience his resurrection

 

It’s the invitation for each and every one

For the indifferent

For the alienated

For those of us who feel lost and alone

For those of us who recognize that we hunger and thirst for resurrection

 

Resurrection present in our tears

Present in our doubts and uncertainty

Present in our vulnerability

Resurrection present in death

It walks among the abandoned, the sick

Those of us who live aimlessly, the landless, the migrants

 

 

The strength of resurrection in the simplicity of life

In the encounter with one another

Around the table, in the laughter of children, in all creation

In the scent of bread and coffee

In cocoa, in a glass of wine

In corn and tortillas

In the countryside, in the city

In the dance, in the oven

In the work of our indigenous sister, the rural farmer

In sowing and harvest

At dawn and sunset

In birth and death

In the cycle of life in, the cycle of the Earth

Resurrection challenges us and asks us

What is Easter to us? How does it move through us?

 

From the resurrection of Christ we know that life defeated death

And that love is stronger than fear.

Life won

 

Inviting us to live loving all her creation.

Loving neighbor

Wading deep into the mystery of the afterlife.

Enjoying the goodness of her creation

Of that which is good in life

Contemplating the beauty of her creation.

Welcoming the experience of the good news

Offering the table to share beans, chicha, plantains, arepas, mate, and dule masi

It is communion with one another

Solidarity with all

Fellowship with all

In the fabric of community

 

 

The movement of the Earth, sign of its resurrection

The Easter Memory of the Resurrected

Memory of the resurrected Jesus.

translation by Victoria Greaves

 

 

The empty tomb

Memory of the resurrected Jesus

And memory of all the resurrected

Where is the body?

The women’s hearts beat with this word in their minds

Where is the master’s body?

They cry heartbroken

Silence, crying, tremor

Hopelessness is pierced by the Easter movement

Earth moves, sign of the resurrection

The whole creation lives the breaking out of life

Easter moves everything and turns us towards salvation

There’s nothing left out

All creation experiences salvation

 

 

The voice of Jesus manifestation of his resurrection

Calls to Magdalena by name

She goes from crying to joy

From silence to sharing the good news

 

Jesus calls us by our names

Invites us to live life differently

He compels us to experience his resurrection

 

It’s the invitation for each and every one

For the indifferent

For the alienated

For those of us who feel lost and alone

For those of us who recognize that we hunger and thirst for resurrection

 

Resurrection present in our tears

Present in our doubts and uncertainty

Present in our vulnerability

Resurrection present in death

It walks among the abandoned, the sick

Those of us who live aimlessly, the landless, the migrants

 

 

The strength of resurrection in the simplicity of life

In the encounter with one another

Around the table, in the laughter of children, in all creation

In the scent of bread and coffee

In cocoa, in a glass of wine

In corn and tortillas

In the countryside, in the city

In the dance, in the oven

In the work of our indigenous sister, the rural farmer

In sowing and harvest

At dawn and sunset

In birth and death

In the cycle of life in, the cycle of the Earth

Resurrection challenges us and asks us

What is Easter to us? How does it move through us?

 

From the resurrection of Christ we know that life defeated death

And that love is stronger than fear.

Life won

 

 

Inviting us to live loving all her creation.

Loving neighbor

Wading deep into the mystery of the afterlife.

Enjoying the goodness of her creation

Of that which is good in life

Contemplating the beauty of her creation

Welcoming the experience of the good news

Offering the table to share beans, chicha, plantains, arepas, mate, and dule masi

It is communion with one another

Solidarity with all

Fellowship with all

In the fabric of community

 

 

The movement of the Earth, sign of its resurrection

The Easter Memory of the Resurrected

Memory of the resurrected Jesus.

 

 

La tumba vacía

Memoria del resucitado Jesús

También memoria de las resucitadas

¿Dónde está el cuerpo?

El corazón de las mujeres palpita con esta palabra en la mente

¿Dónde está el cuerpo del maestro?

Lloran desconsoladas

Silencio, llanto, temblor

 

La desesperanza es atravesada por el movimiento de la Pascua

La Tierra se mueve, señal de la resurrección

La creación entera vive el acontecimiento de vida

La pascua lo mueve todo nos orienta hacia la salvación

No queda nada fuera

Toda la creación experimenta la salvación

 

La voz de Jesús manifestación de su resurrección

Llama a Magdalena por su nombre

Ella pasa del llanto a la alegría

Del silencio a compartir la buena noticia

Jesús nos llama por nuestros nombres

Nos invita a vivir la vida de manera diferente

Nos convida a experimentar su resurrección

 

Es la invitación para todas y todos

Para los indiferentes

Para los alienados

Para quienes nos sentimos solas,solos, perdidas, perdidos

Para quienes reconocemos que tenemos sed y hambre de resurrección

La resurrección presente en nuestras lágrimas

Presente en nuestras dudas e incertidumbres

Presente en nuestra vulnerabilidad

La resurrección presente en la muerte

Camina entre los abandonados, los enfermos

Los que vivimos sin rumbo, los sin tierra, migrantes

La fuerza de la resurrección en lo sencillo de la vida

En el encuentro con el otro

Alrededor de la mesa, con la risa de la niñez, en toda su creación

En el aroma del pan y el café

En el cacao, en la copa de vino

En el maíz y la tortilla

En el campo, en la ciudad

En la danza, en el fogón

En el trabajo de la hermana indígena, del campesino

En la siembra y la cosecha

En el amanecer y anochecer

En el nacimiento y la muerte

En el ciclo de la vida en el ciclo de la Tierra

 

La resurrección nos interpela nos pregunta

¿Qué es la Pascua para nosotros?¿Cómo nos atraviesa?

Desde la resurrección de Cristo sabemos que la vida venció a la muerte

Y que el amor es más fuerte que el miedo.

La vida venció

Invitándonos a vivir amando a toda su creación.

Amando al prójimo

Profundizando en el misterio del más allá.

Disfrutando de la bondad de su creación

De lo bueno de la vida

Contemplando la belleza de su creación

Acogiendo la experiencia de la buena noticia

Abriendo la mesa para compartir los frijoles, la chicha, el plátano, la arepa, el mate, el dule masi

Es la comunión unos con otros

La solidaridad con todos

La sororidad con todas

En el tejido de la comunidad

 

El movimiento de la Tierra señal de su resurrección

La Pascua Memoria de los resucitados

Memoria del resucitado Jesús.

 

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