Feliz año nuevo – Feliz Yornii

Feliz año nuevo – Feliz Yornii

Tiempo de preparación
Feliz año nuevo. Feliz Yornii

Para la nación gunadule este es la temporada de: Yornii
( Enero). Mes sin lluvia (yola), de mucho calor. Sopla la brisa del norte. La gente, en los territorios gunas, está en pleno trabajo de preparación de terrenos para la siembra de maíz.
Mi deseo de preparación de este nuevo año para las y los amigos. Que sea un año lleno de resistencia.
Feliz año nuevo 2020.Feliz Yornii.
Que en estas nuevas temporadas plantemos semillas de esperanza.
Que estas semillas se hagan árboles grandes donde las aves puedan poner sus nidos.
Que los frutos de estos árboles, el maíz, el cacao, el tomate, el mango…sea abundante.
Que la cosecha que recojamos, compartamos con generosidad.
Que al cocinar el tule masi, plato paceño, ceviche, las empanadas, el arroz con pollo, enchiladas, arepas, feijoada…Recordemos al que no tiene y compartamos con liberalidad.
Que al compartir la mesa, reconozcamos a Dios entre nosotros y con profunda oración le agradezcamos por tanta generosidad.
Que al ser fortalecidos por el alimento caminemos en Abya Yala, mirando con ojos de gracia donde Dios habita.
Que podamos ser conmovidos por los sueños de las niñas; de los niños. Que riamos y juguemos a re-imaginarnos y trabajar por un mundo lleno de justicia y vida plena.
Que al ir a la cama, soñemos con una visión del presente alimentada por los pasos de las mujeres y hombres de bien, que han transitado esta ruta, para seguir caminando y construyendo el futuro con utopía.
Que no olvidemos que en lo sencillo mora el misterio de Dios. Y que en este camino seamos asombrados por las sorpresas de su amor.
Que en esta travesía de la vida, podamos ser sostenidos por Dios y la comunidad de amor en cualquier circunstancias que la vida nos presente.
Que este nuevo ciclo toquemos con nuestros sentidos y sintamos el latido de la tierra que espera con ansias la renovación de un nuevo ciclo. Esta renovación que es inspirada por Dios.

 

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¡Feliz Navidad!

¡Feliz Navidad!

 

Feliz Navidad,

María se re-imagino un mundo donde los soberbios, los poderosos serían dispersados y derribados por el nacimiento de Jesús. Su canto, el magnificat, expresa el sentir de la paradoja de lo no imaginado, lo “débil” vence a lo más “fuerte”.

¿Quién se imaginaría? que la esperanza estaría alimentada e inspirada, desde la misericordia en el nacimiento de Jesús.(Lucas 1:46-55). En Guna Yala, se escucha cada vez que nace un bebé el cantar de una mamá, quien eleva su deseo a Baba y Nana (creador), que el o la bebé que lleva en brazos y mece en la hamaca sea semilla de esperanza para la humanidad. Como María, las mamás Gunadule, Ngäbe, Emberá, Buglé, Bribri, Wounaan, Naso, Nasa, Misak, Guaraní, Aymara, K’achiquel, Wiwa…Nos recuerdan, que cada vez que nace un bebé en Abya Yala, nace también la esperanza de Jesús.

 

Mary reimagined a world where the arrogant and the powerful would be dispersed and cut down by the birth of Jesus. Her song, the Magnificat, expresses the feeling of the paradox of that which had not been imagined: the “weak” defeats the “strong”.

 

Who would have imagined? That hope would be inspired and fed by the mercy of the birth of Jesus (Luke 1:46-55). In Guna Yala, every time a baby is born you hear the song of a mother who lifts up her desire to Baba and Nana (Creator) that the baby that she carries in her arms and rocks in the hammock would be a seed of hope for humanity. Like Mary, Gunadule, Ngäbe, Emberá, Buglé, Bribri, Wounaan, Naso, Nasa, Misak, Guaraní, Aymara, K’achiquel, Wiwa, and other mothers remind us that every time a child is born in Abya Yala the hope of Jesus is also born.

 

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Experiencia con el pueblo Misak

Experiencia con el pueblo Misak

Orando, caminando, aprendiendo juntos.

Ser parte de, es una búsqueda continua del ser humano. Pertenecer a la familia, a una comunidad, a un lugar, a un grupo entre otros. Pero muy poco reflexionamos el significado de ser parte de la tierra. Esta relación intrínseca de ser de ella, de la tierra, de no vernos alienados, de sentirnos  pertenecientes a la comunidad cósmica. Este senti-pensarnos en relación con el cosmos es una invitación que parte del creador(a). De la Ruah( Espíritu); de su aliento.

Todos: seres humanos, animales, plantas, células, átomos, la tierra, hemos recibido de su aliento para tener vida. Por eso al reflexionar ¿De qué manera los pueblos indígenas entienden su relación con la tierra? tenemos que adentrarnos en el conocimiento de dónde surge su espiritualidad. Para el pueblo gunadule está en la profunda relación con Nana y Baba. (Mamá/Papá), con el creador(a). Y de esta relación con Nana y Baba surge la vocación de amar, cuidar, cultivar, tener una relación de inter-intra dependencia con la tierra.

Árbol de profundas raíces

El pueblo Misak, sus raíces, se relacionan con su narrativa. Narrativa que es dinámica en su encuentro con otros distintos a ellos, pero en esa tensión van construyendo quienes son, identificarse con aquello que ellos eligen o no, como parte de sí. Uno de sus relatos nos cuenta que el origen del pueblo Misak proviene de dos lagunas.

Reconocen de esta manera la esencia de quienes son, hijas e hijos de estas lagunas. Misak significa gente del agua. Sí hay un reconocimiento de que en occidente es necesario profundizar el origen y sentido de pertenencia en relación con la tierra, con el agua. Cuando pensamos de que somos parte de, debemos preguntarnos qué nos une a todos los seres vivos, incluyendo al humano. Debemos reconocer que el lugar donde habitamos y de donde surgimos nos une.

Las profundas raíces de los árboles nos permiten traer a la memoria nuestra pertenencia a… Es este llamado a recordar que somos parte de la tierra, del agua, del aire, del fuego. Somos parte de la comunidad cósmica porque así Dios lo quiso y encontrarnos como parte de ella nos libera del egoísmo, de la supremacía, del epistemicidio, de la colonización, de la muerte. El árbol que tiene profundas raíces con su origen-identitaria, es quien nos humaniza y por lo tanto nos invita a parecernos más al creador. Al escuchar la memoria de cómo contaban el origen de su pueblo las y los Misak, me he conectado con ellos, porque también tengo en mi memoria narrativas que me conectan con la tierra, el agua… Y que alimentan quienes somos y nuestra pertenencia a. Seguir profundizando en estas aguas nos recuerda la importancia de la interdependencia con los dules (seres vivos), creando en nosotros la gratuidad y el respeto por la vida. En estos días juntas y juntos estuvimos reflexionando en el salmo 1. A partir de este poema  recordamos que  si nuestras raíces son alimentadas por la savia de Dios, nuestra comunidad estará lleno de frutos, su hojas no caerán y todo lo que hagamos prosperará. Recordamos los relatos que en nuestros  pueblos nos hablan sobre los árboles y como nos ayudan estas memorias a permanecer como árboles resistentes en medio de las adversidades.

Caracol que nos enseña sobre el tiempo

Siendo una gunadule urbana, muchas veces me veo inmersa en este juego del tiempo reproducido por el sistema de producción. No tengo tiempo, es una frase común que revolotea en mi cabeza y que escucho entre mis conocidos. Y ciertamente así nos vemos enrolados por aquello que decimos falta de tiempo.

El tiempo contabilizado de manera enfermiza y usado desde el sistema de producción esclavista nos genera estrés, nos enferma y mata. Pero pensar como pueblo Misak concibe el tiempo como un caracol o una espiral en tres dimensiones. Donde el tiempo va, vuelve, pasa, vuelve, pasa y vuelve. Para los pueblos indígenas muchas veces el tiempo es explicado a través de la metáfora de caracol. Es en el centro del caracol donde empieza todo y allí vuelve todo. Invitándome a abrazar una propuesta que me libera de creer que puedo manipular el tiempo; porque es esa construcción reduccionista de cómo muchas veces concibo el tiempo, la que me lleva a interpretarla como un recurso que puedo manipular de manera consumista e individualista; existo cuando produzco algo. Porque somos también en relación a cómo percibimos el tiempo. Soy en relación a lo que hago, existo de la manera como entiendo el tiempo y el espacio. Esta vivencia es real pero también ficción porque es creada por mi.

Y es esta ambigüedad de la vida que necesito aprender del pueblo gunadule, de los Misak, de los pueblos del Abya Yala para entender el tiempo en espiral. De ellos estoy aprendiendo que hay dimensiones que son vividas de maneras paralelas al encontrarme con las memorias de las y los abuelos. El futuro está atrás pero también delante. Así es la espiral del tiempo que nos recuerda el origen, para crecer, madurar… No podemos olvidar el origen que es mi futuro también. Porque solo recordando de dónde venimos caminamos con la comunidad, quebrando el sistema de desarrollo que está generado por lo que creemos que es una vida mejor. Más bien reconocemos que en la vida estamos todos unidos por la misma espiral, así como el sobrero Misak está formado por una larga cinta que se une en espiral desde el centro. Pero, también aprendemos a valorar lo que llamamos tiempo en relación con los ciclos de la tierra, la siembra, la cosecha, las estaciones, las ceremonias, los ciclos de la luna…. Porque en la espiral todo está conectado.

 

Entre luchas, lamentos y esperanzas

En la lengua Misak, Cauca significa: “ Madre de los bosques”. De la madre reciben el alimento para vivir: papas, maíz,

habas, café, entre otros. Las luchas, lamentos y esperanzas han estado en el recorrido de la construcción dinámica de su identidad. Los y las ancianas Misak cuentan que son descendientes del Cacique Payán, quien gobernaba un extenso territorio que hoy en día equivaldría a la unión de varios municipios del centro, norte y oriente del departamento de Cauca, incluyendo la capital, Popayán.

Sin embargo, con la llegada de los conquistadores españoles y la posterior aparición de terratenientes locales, su espacio se vio abruptamente reducido hasta quedar agrupados en las verdes y frescas montañas del municipio de Silvia. Ellos fueron explotados y sometidos por los nuevos patrones en sus tierras ancestrales. En medio de estas realidades los Misak se organizaron para reconstruir sus memorias y recuperar el territorio de sus ancestros y ancestras. Ese proceso de lucha continúa hoy y se manifiesta con diversos rostros. Los Misak son un pueblo que siguen alzando su voz, con acciones concretas, reconociendo que la justicia dará a luz, cuando se respete el derecho total de su pueblo. La esperanza sigue de la mano de la justicia.

 

Y es allí como seres humanos, seguidores de Jesús de la vida, que debemos seguir cosiendo hilos que generen vida. Mientras estuve con mis hermanas y hermanos Misak escuche sueños, anhelos y lamentos; percibí la fuerza de sus jóvenes quienes siguen trabajando por mantener viva la llama de su identidad, misma que se sigue forjando con sus antepasados pero también con los nuevos desafíos del hoy.

Mis hermanos y hermanas Misak cristianos que participaron del encuentro de Memoria Indígena reflexionaron y levantaron muchas preguntas, alguna de ellas: ¿Cuál es nuestro papel como iglesia en medio de las luchas de nuestros territorios? ¿Cómo entretejer la identidad indígena y la fe cristiana? entre otros. En lo personal al escuchar sus preguntas y comentarios, también me han evocado otras preguntas: ¿Que nos hablan las ceremonias de los pueblos indígenas sobre Dios? ¿Cuáles son las buenas noticias de Jesús para el pueblo Misak? ¿Y de qué manera mostramos el evangelio pleno de Jesús en medio de estas luchas y lamentos? Entre muchas otras. Ser parte de es también para mí abrazar la identidad del otro desde la fraternidad, porque también voy formándome a partir de la otredad. Ser parte de puede ser intrigante, este misterio revelado en el compartir, soy quien quien soy cuando pertenezco a… Somos cuando pertenecemos a la tierra.


Motivos de Oración

Por el equipo Misak que esta organizando y trabajando un proceso de escuchar, plasmar, escribir, grabar la historia de sus ancianas y ancianos. Además de la iglesia Misak.

Como Memoria Indígena estaremos participando junto a la organización indígena fundación para la promoción de conocimiento ancestral en la COP25. La COP 25: Es la Conferencia de las Partes (COP) es el órgano de decisión supremo de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre cambio climático (UNFCCC por sus siglas en inglés). En su vigésima quinta reunión organizada y presidida por Chile, que se llevará a cabo entre el 2 y el 13 de diciembre en Madrid, las 197 Partes que conforman el tratado -196 naciones más la Unión Europea-, buscarán avanzar hacia la implementación de los acuerdos que se han determinado en la Convención que establece obligaciones específicas de todas las partes para combatir el cambio climático.

Por este tiempo donde escribo la tesis de maestría.
Por mi tiempo de levantar fondos.
Ayes

Ayes

Ayes

Por: Jocabed R. Solano Miselis

¡Ay de los gobiernos corruptos y  de los que se embriagan de poder en sus palacios! Se creen que son principales entre las mismas naciones, las cuales vendrán sobre ellos. ¡Oh casa que está corrompida por su ambición!

Pasé y miré sus maneras de gobernar en la iglesia, en las comunidades que llaman espacios de culto a Dios. Mirad si aquellos espacios son mejores que estos reinos, si su término es mayor que el término de ellos.

Ustedes que están a la espera del día malo y acercan la silla de iniquidad.

Duermen en lugares prominentes, comen de la papa, del maíz, del café de las manos de los indígenas, campesinos, trabajadores, de su sudor, los maltratan y  son cómplices.

Bailan al son de las músicas de sus tierras, dicen “amamos nuestra tierra y bandera”; al son de las músicas folklóricas dicen “somos de esta tierra”. Pero odian, crean muertes y destruyen a la Tierra y a su gente.

Beben los más exquisitos licores y se visten con las mejores ropas que salen de moda, sus perfumes son los más caros. Y no se afligen de la pobreza de los pueblos.

 

¡Ay de los que se burlan de los más pequeños, de los que se creen mejor porque son de otro origen, color,  hablan otra lengua! Y por eso piensan que son superiores.

 

¡Ay de los que violan y explotan a la Tierra! Con su mano intentan sacar el corazón de la Tierra, el corazón de la Madre Tierra. Quieren dejar sin aire los pulmones de los bosques, y sin ojos y manos nuestras selvas. ¡Hacen sangrar a Abya Yala! ¡Asesinos, sus manos están llenas de sangre!

 

¡Ay de los que mandan y matan a los líderes indígenas cuando defienden su territorio y la Tierra, y se alegran de la sangre derramada!

 

¡Ay de los que hacen ganancias mal habidas y a costa del vulnerable se hacen ricos!

 

¡Ay de los que se alegran y dicen: “¿ No hemos adquirido poder con nuestra fuerza?”!

 

¡Ay de los que no lloran con el que sufre y celebran el dolor del otro!

 

¡Ay de los que se burlan de los símbolos de los pueblos indígenas porque creen que los suyos son mejores!

 

¡Ay, hermanas y hermanos, si no sabemos leer a Dios en los pueblos del Abya Yala!

Sianar o Sianala – Getting to know the Gunadule better

Sianar o Sianala – Getting to know the Gunadule better

Getting to know the Gunadule better

I want to tell you about one of the sacred elements of my people, the Gunadule, and through this share my prayer sung to God that unites with the song of my grandparents.

Sianar o Sianala:

There is a pot considered sacred which serves as a container to burn the aromatic fire of the cacao, used in various ceremonies. To construct one of these vessels, the grandmothers choose the clay (nabsaa), and they awaken the clay with the smoke of their pipe (inna obanned). They gather it up and knead it like a thick dough until it is very flexible. In times past, the grandmothers made many different pots for carrying coals. Their forms and names differed depending on the kind of clay used and the kind of paint with which they were decorated. When the grandmothers finished giving the pot its shape, they left it out to dry for several days, and finally they fired it so that it would stay a solid and strong pot (oged). They fired the pots in the middle of the night so that no profane eye (ise daglege) would come near. This explanation comes from the book “The Legacy of the Grandparents” by Atilio Martinez.

For the Gunadule nation cacao (siagwa) is part of life itself, part of our spirituality. It is present in the different stages of our life (birth, puberty ceremony, and death). In fact when I was born in the time of Bardud (We say Bardudni which means “The Month of the Medicinal Plant” which roughly corresponds to the month of December in the Gregorian calendar) my great-grandfather, who was a man that loved God and his people deeply and was recognized as one of the wisest and most outstanding leaders of the Gunadule nation, decided to plant a cacao tree so that I would always remember the importance of caring for the earth and remember where we come from, that we are connected to the earth. So every year when my birthday comes I remember this special tie that God had given me with the land and especially with a certain cacao tree.

The aroma of the cacao is used in blessing and purification ceremonies. The wise ones among the Gunadule say that the cacao’s shape is very similar to the human brain. And from there they continue telling the story of the strong relationship that we human beings have with the cosmos and with BabaNana (Great Father-Great Mother). In our ceremonies we place the cacao in the Sianar where the smoke rises up and the aroma fills the ceremony house and we sing to God. The sky and the earth hear our song as we invoke the name of God. Many millenarian peoples such as the Maya cultivated cacao over 2500 years ago. In fact, to find the meaning of the word cacao we have to search the Mayan language: cac means red (referring to the color of the shell of the fruit) and cau expresses the ideas of strength and fire. The the Gunadule it connects us with the Creator and the earth.

A Prayer:
The songs of my grandfathers and grandmothers tell us about the way to God. We are people who travel through Nabgwana (the heart of the earth) full of dreams, celebrations and laments. Our prayer, sung, rises to the Creator. We connect with BabaNana (Great Father-Great Mother), we need his/her light on this path. “The Creator made the beautiful trees to germinate, God made the huge mountains and made the rivers run with gold. God made the waves of the sea, and the great waters divided the land” (extract from a Gunadule narrative about the creation of the earth). We live because we know to sing and because we recognize the Great Creator in the narrative of our life. Today I unite myself to the song of my grandparents and I lift up my song so that God will permit us to continue finding his/her face on this path. May God’s light, the light of Jesus, shine on us. When the aroma of the cacao smoke rises up my prayer is that my Gunadule people will sing new songs, that they will write new stories of hope, justice and love for our people in Guna Yala and Abya Yala (America).

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