Sianar o Sianala – Conociendo el pueblo gunadule

Sianar o Sianala – Conociendo el pueblo gunadule

Conociendo  al pueblo gunadule
Sianar o Sianala

Quisiera contarles acerca de uno de los  elementos sagrados de mi pueblo gunadule y a través de ella relatarles mi oración  cantada a Dios que se une al canto de mis abuelas y abuelos.

Sianar o Sianala:

Es sahumerio o brasero, una vasija  donde se quema el cacao, utilizado en diversas ceremonias,  es una vasija considerada sagrada. Para fabricar un brasero o sahumerio, las abuelas seleccionan la arcilla(nabsaa), y a la arcilla la despiertan con el humo de su pipa (inna obanned), la recogen la amasan como pasta pesada hasta que esté muy flexible. Antes, las abuelas elaboran diferentes braseros, tanto sus formas como sus nombres dependían de los tipos de arcillas que utilizaban de tinturas con que los pintaban. Las abuelas, cuando tenían ya las formas acabadas de braseros, los dejaban secar para varios días, y al final los quemaban para obtener la forma sólida de las vasijas(oged). La quema se realizaba muy de noche, para que no se acercara ningún ojo profano( ise daglege).  (Extracto del libro el legado de los abuelos de Atilio Martinez)

Para la nación Gunadule el cacao( siagwa) es parte de la vida misma, es parte de nuestra espiritualidad.  Está presente en las distintas etapas de nuestras vidas( nacimiento, en la pubertad y hasta cuando morimos). De hecho cuando nací mi bisabuelo, quien por cierto era un hombre que amaba profundamente a Dios y al pueblo Gunadule fue reconocido como uno de los líderes más sabios y prominentes en la nación Gunadule. El cuando nací( en el tiempo del Bardud( planta medicinal) a la cual nos referimos como Bardudni es decir el mes de la planta medicinal, en el calendario gregoriano, un 3 de diciembre, mi bisabuelo decidió sembrar un árbol de cacao para que siempre recordará la importancia de cuidar la tierra y de recordar de dónde venimos, lo conectado que estamos con la tierra. Así que cada vez que cumplo año traigo a la memoria este lazo especial que Dios me permite tener  con la tierra y en especial con un árbol de cacao.

El aroma del cacao es utilizado en ceremonias de bendición y purificación. Los sabios gunadule cuando observan el cacao dicen que su forma es muy parecido a la del cerebro. Y de esta manera continúan relatando la  fuerte relación que como seres humanos tenemos con el cosmos y con BabaNana(Gran Padre/la Gran Madre). En nuestras ceremonias colocamos el cacao en el Sianar, mientras se eleva el humo y el aroma llena la casa de ceremonia, le cantamos a Dios. El canto que escucha el cielo y la tierra y donde es invocado el nombre de Dios. Los pueblos milenarios como por ejemplo los mayas cultivaban el cacao hace más de 2500 años. De hecho para encontrar el significado de la palabra cacao hemos de recurrir a la lengua maya: – cac que en lengua maya quiere decir rojo (en referencia al color de la cáscara del fruto) – cau que expresa las ideas de fuerza y fuego. Para los gunadules nos conecta con el creador, con la tierra.


Oración:

Los cantos de mis abuelos y abuelos nos relatan el camino hacia a Dios. Somos seres que viajamos por Nabgwana(corazón de la tierra) lleno de sueños, celebraciones y lamentos. Nuestra oración cantada se elevan al creador, nos conectamos con BabaNana(Gran Padre-La Gran Madre), necesitamos su luz en este caminar. ¨ El creador hizo germinar los hermosos árboles, Dios creó las grandes montañas e hizo correr los ríos de oros, las olas del mar, las grandes aguas dividieron la tierra¨( extracto de una narrativa del pueblo gunadule sobre la creación de la tierra). Vivimos porque sabemos cantar y porque reconocemos al Gran creador en la narrativa de nuestra vida. Hoy me uno al canto de mis abuelos y abuelas y elevo mi canto para que  Dios que nos permitan seguir reconociendo su rostro en ese caminar. Que su luz, la luz de Jesús nos alumbre. Cuando el aroma y el humo del cacao se elevan mi clamor es que mi pueblo gunadule le cante nuevos cantos que escriban nuevos relatos de esperanza, de justicia y amor para nuestro la nación gunadule, Guna Yala en Abya Yala( América).

Revolución Dule tiene rostro de niña, tiene rostro de mujer

Revolución Dule tiene rostro de niña, tiene rostro de mujer

Revolución Dule tiene rostro de niña, tiene rostro de mujer

Nunca olvidaremos, este sonido. El sonido del morbeb (caracol) de un 25 de febrero de 1925.
Rostros pintados con nisar( achiote), en señal de lucha.
Los urigan ( guerreros gunadule), estaban listos para defender nuestra identidad.¿ Cómo olvidar aquel día de febrero de1925? Cuando nuestras abuelas y abuelos resistieron a las amenazas del gobierno colonial; de arrebatarnos lo que por siglos habíamos cuidado,nuestra dignidad. 

En un lugar oscuro en una comunidad gunadule, se escucha la voz de un policía: «No hablen en su lengua, no se vistan con mola (arte y blusa que usa la mujer gunadule), no practiquen sus ceremonias…” Es hora que el salvaje sea civilizado”.

Pero justo a esa misma hora; se escuchan otras voces que decían, es hora de recordar nuestros relatos, de aquellos guerreros que desde la época de la conquista han luchado por conservar nuestra identidad. Y mientras los hombres se preparaban para la batalla. 

En una choza gunadule, una niña de 11 años confeccionaba la bandera de la revolución dule. ¿Quién se imaginaría? que el arte de esta niña, sería el símbolo emblemático de la lucha de la nación gunadule.

Mientras gritaban las mujeres, los hombres, ¡Que viva la revolución dule de 1925! Waga Ebingili.María Colman gritaba en su mente y corazón a través de su arte ¡ Que viva! Ese día, el día que jamás olvidaremos.

Aquella niña se unió al canto de nuestras abuelas y abuelos, para recordarnos que nuestra REVOLUCIÓN DULE también tiene rostro de niña, tiene rostro de mujer.

 

Dios cantó

Dios cantó

Cantó y vida surgió….Dios se inspiró y cantó, cantó y vida creó. Su voz orquestó la sinfonía que jamás habíamos escuchado, vida trajo a todo el cosmos. El principio de la nota fue Shalom , paz para todas y todos. Las ondas de su voz en aumento se mezclaron de colorido trayendo verdor, fruto, movimiento, las aguas se movían sobre la faz del abismo. Sí había movimiento de vida por doquier. La diversidad era parte de este momento majestuoso y no paraba de multiplicarse, nuevas formas, nuevos colores, nuevos sonidos, nuevos sabores… El cielo y la tierra se unieron para ser testigos de esta obra de arte. Y mientras entonaba su nueva partitura , su canto nos inspiró para unirnos a su voz, cantamos junto a su coro. Hermosa polifonía que inspiraba danzar, nuestros pies se unían a la tierra y nos movíamos de tal manera que creamos un sonido inspirador.

Como un gran director de orquesta dirigió toda la tierra y el cielo para que en ella se formaran nuevos seres vivos. Y se reía a carcajadas deleitándose como la niñez cuando juega. Jugaba con todos los sentidos creando seres microscópicos, seres enormes, animales, plantas y deliciosos frutos. A su partitura le añadió polvo de vida, le añadió discernimiento, le añadió conocimiento para re-crear y organizarse en esta choza que llamamos tierra, mientras creaba al ser humano. Cada estrofa de la partitura tenía un Selah para disfrutar de esta obra de arte.

En un abrir y cerrar de ojos nosotros cambiamos la partitura y un lamento surgió, una nota que jamás habíamos escuchado. Era el lamento de Dios, su voz hizo silencio, cielo y tierra lloraron con un gemido que estremeció el cosmos. Los seres se vistieron de luto, hubo un Selah prolongado. El silencio fue la respuesta al dolor. Y surgió desde el lamento, un nuevo canto, el canto de la roca. Y los seres vivos se preguntaban ¿quién era esa roca?, no lo reconocían, su rostro era misterioso. Pero en medio de su desconcierto esa voz se hizo más fuerte, esa roca tenía agua de vida, vida que trajo al desierto. Esa hermosa roca entonó el canto de los redimidos de quienes tenemos una nueva oportunidad para aprender a cantar, cantos de esperanza, justicia y libertad.

Se nos mostró una partitura antigua que habíamos olvidado por no traer a la memoria los grandes hechos de Dios. En ella el gran Director de orquesta escogió músicos que pudieran entonar la melodía que diera vida al cosmos y juntos una vez más entonarían las primeras notas shalom . Buena noticia para todo ser vivo que respira aliento de vida. Una vez más hubo movimiento, colorido, sabor, verdor, diversidad, sonidos… El gran Creador jugaba con

la música y creaba nuevas piezas para entonar. Una vez más el cielo y la tierra fueron testigos de su profundo amor.

Y allí cuando el cosmos preguntaba quién era ese gran autor, el rostro misterioso se develó. Era el rostro de Jesús quien siempre estuvo presidiendo la gran orquesta. Y así como los peregrinos israelitas fueron guiados por la columna de fuego y de nube, el cosmos fue dirigido por el gran Dios quién nos liberó. Junto al camino, en distintas épocas, nos unimos para cantar el canto de los peregrinos liberados. Uno tras otro se sumaron para seguir componiendo la más sublime obra musical que jamás habíamos escuchado, la partitura de la liberación y dentro un Selah prolongado que nos recuerda detenernos para escuchar la voz del solista, la singular voz de la roca, la voz de “Jesús” , el Creador. Su filarmonía destello esperanza, el solista, siguió cantando. Y cantó, cantó y cantó recorriendo la partitura de shalom para el cosmos. ¡Buenas noticias para todas y todos!, su voz como el estruendo de una catarata se escuchó en todo el universo y a ese nuevo cantar se unió la tierra y el cielo como testigos de su amor.

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